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El Festival de Juegos Tradicionales del Mundo vuelve a brillar un Encuentro más
Los trompos, el taller de cometas, la ruzzola y un partido de pelota a mano de aficionados, las novedades de esta edición
Pese al intenso calor reinante, las exhibiciones y talleres realizados en el Inacua por todas las delegaciones participantes tienen una gran acogida
Hablar del Festival de Juegos Tradicionales del Mundo que se celebra en las instalaciones deportivas del Inacua Aranda (Polideportivo ADC Michelin) es hacerlo sobre una de las tres patas esenciales del Encuentro Internacional de Juegos Tradicionales “Ribera del Duero” que organiza la Asociación Cultural “La Tanguilla”. Una vez más, y pese al intenso calor reinante que hubo durante toda la jornada del sábado día 28 de junio, la cita fue todo un éxito. Las exhibiciones y los talleres que llevaron a cabo las 40 delegaciones participantes en este evento tuvieron una gran acogida por parte de más del centenar de personas asistentes y la ciudadanía arandina y ribereña que se acercó hasta allí.
Cuatro fueron las novedades de la undécima edición: las exhibiciones del mexicano Marco Palma “Cúper” y sus trompos (peonzas); el taller de cometas a cargo de Joseba González Porras, de la ikastola Alkartu de Barakaldo (Bizkaia), y de su pareja Ascen, del CEIP Kontxa de Karrantza (Bizkaia); y un partido de pelota a mano de aficionados entre una pareja de Segovia (Ángel Moreno y Alberto Moreno) y otra de Soria (Carlos Izquierdo y Duncan Moreno). Ganaron los segovianos por 30-20. Y la puesta en escena por parte del Circolo Sportivo Olimpia de Sicilia (Italia) del juego de la Ruzzola, rodar un queso seco gigante de doce kilos. Toda una aventura de fuerza y destreza, ya que además de lanzarlo había que dirigirlo por un lugar determinado y eso no fue tarea nada fácil. A todo lo anterior hay que añadir las actividades clásicas que llevan varios años siendo fieles al Encuentro, como los espectaculares rodadores de barricas de Saint Emilion (Burdeos-Francia), con nuestro amigo Erik y sus jóvenes practicantes, que pese a su corta edad ya dan sobradas muestras de destreza a la hora de girar los pesados toneles de vino vacíos.
Por la mañana, antes de que el calor se volviera prácticamente insoportable (se alcanzaron los 37ºC), la gente asistente pudo conocer juegos de muchos rincones del mundo, que en algunos casos nunca habían estado en Aranda. El descubrir sensaciones. El compartir emociones. En definitiva, el ansia por el mero hecho de jugar resultó muy placentero para todo el mundo que estuvo en las instalaciones del Inacua.
Juegos, gastronomía y tradiciones, un “tuto revolutum” magnífico
Como ya viene siendo habitual en la cita de las instalaciones de la ADC Michelín de Aranda de Duero, algunas asociaciones también aprovecharon la ocasión para compartir con el resto de las expediciones algunas de sus excelencias gastronómicas. Los asturianos de “6 Conceyos”, con Pola y su equipo al frente, estuvieron durante un buen rato escanciando sidra y ofreciendo queso de cabrales. Sin duda, un maridaje ya clásico por esto pagos. También los “Comuneros de Calatayud”, con Ángel a la cabeza, hicieron lo propio con su vermú de la tierra. Intenso, recio, pero muy apetecible.
Entre los debutantes italianos y los ya veteranos rodadores galos tomaron la determinación de que había que llevar a cabo una “entente cordiale” entre su queso y sus burdeos tintos, rosados y blancos. Dicho y hecho. Ambos equipos se pusieron manos a la obra en la caseta central del Inacua para satisfacer la enorme expectación reinante. Vamos, todo un acierto.
Y como la cosa iba de juegos, pues había que jugar. De inmediato entró en la escena la sogatira. Hubo varios envites encaminados a desgastar la ingesta habida anteriormente. Hubo momentos muy interesantes. Tanto tiradores como espectadores entraron en una bendita comunión que les llevó a todos al goce colectivo.
Después de la comida había que amenizar la sobremesa, y ahí salieron de su cubil los compadres de la Asociación de Xogadores de Chave de Galicia. Quico disfrazado para la ocasión como si fuera el druida de Asteríx y Obelíx, sólo qué con indumentaria de fraile franciscano y peluca blanca en ristre, tomó el mando de la ceremonia. Su compañero Chema al mando de la queimada (este brebaje se hace a base de aguardiente, azúcar, limón y granos de café, y es protagonista de encuentros sociales y festividades galaicas, especialmente en la noche de San Juan) para que todo estuviera a punto. Que no faltara ningún ingrediente para introducir en el recipiente de barro. Y luego nuestro presidente, Carlos de la Villa, leyendo el conxuro en un más que aceptable gallego. La prueba de que este año lo han bordado es que no quedó ni una gota.
Las meigas y los espíritus del ritual celtiña desató las hostilidades de forma sana. Los calicheros del cantón de Cartagena (Murcia) no quisieron ser menos que los galegos y quisieron mostrar al mundo las exquisiteces del licor español más vendido en el mundo: el Licor 43. Elaborado en Cartagena, David y su colega hondero Daniel vendieron las bondades del mismo para su degustación con unos ejemplares que según ellos tenían más de cuatro décadas.
Y aunque la vuelta a la actividad durante la sesión vespertina fue dura, con el sol como principal enemigo, el juego mueve montañas. El equipo de rodadores de barricas fue determinante en la reactivación de la tarea encomendada. Y así con el resto de actividades hasta caer la tarde, a la espera de la noche, momento en el que se procedió a la entrega de presentes entre delegaciones y la nominación de los nuevos socios de honor de la Asociación Cultural “La Tanguilla”. Eso fue otra historio y en otro escenario.
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